La IA Generativa y el “Despertar” de los Abogados. Reflexiones del Legal Management Forum 2023

El Legal Management Forum, que lleva celebrándose 10 años, en esta edición, ha abordado de forma significativa la temática del “cambio” en el sector debido al impacto de la Inteligencia Artificial Generativa. Ha sido singularmente especial la confluencia en aportación de opiniones sobre la transformación de la abogacía desde la perspectiva de diferentes tipos de dirección: tanto socios o responsables de asesorías jurídicas como líderes de funciones internas o de apoyo en despachos (Conocimiento, Tecnología…) y expertos independientes de sector como, por ejemplo, la key speaker de este año: Reena SenGupta.

A continuación, voy a resumir en tres grandes puntos mis reflexiones más significativas de las cuestiones abordadas en el evento: el cambio de mentalidad, la reorganización de los recursos y las nuevas formas de trabajo.

 

El cambio de mentalidad

La ola de cambio que ha acompañado la utilización masiva de ChatGPT a lo largo del globo ha impactado el sector legal y la manera en la que los socios de los despachos y líderes de las asesorías jurídicas se aproximan a la tecnología. La disminución de la barrera de entrada en la utilización de esta tecnología (chat conversacional, sin necesidad de aprendizaje técnico para su uso o el reducido esfuerzo de entregamiento de un modelo propio); la mejora en la precisión y contextualización en la generación del contenido de los modelos LLM y el enfoque en el “conocimiento masivo o abierto”, ha permitido a muchos responsables “despertar” en su adopción de la Inteligencia Artificial. Esto no quiere decir que los abogados empiecen a utilizar las herramientas de Inteligencia Artificial generativa sin criterio, pues precisamente el sector legal es un sector con una especial sensibilidad al riesgo, sino que, de forma inteligente y garantista, los abogados se implicarán en la adopción de la Inteligencia Artificial generativa con mucho más impulso que el que disfrutaron los modelos de Inteligencia Artificial anteriores, con menos claridad en el retorno de la inversión.

En mi opinión, creo firmemente en las grandes capacidades de los abogados de ver oportunidades y adaptarse a ellas, cuando “las oportunidades de mejora” están claras y tienen una barrera de entrada para no-técnicos pequeña, como es este caso. La utilización de IA generativa tiene bastantes opciones de quedarse para mejorar la eficiencia del trabajo de los abogados y la aproximación a sus clientes. Sin embargo, también opino que, una cuestión es hablar del negocio tradicional de la abogacía que se “pule” o es más “eficiente” con la IA generativa y, otra cosa, muy distinta, es hablar de la creación de modelos de negocio para el sector legal apalancados en IA, pues para ello, se requiere una combinación de skills y conocimientos con curva de aprendizaje más pronunciada sobre cuestiones sobre las cuales no hemos sido instruidos en las Facultades de Derecho.

 

La reorganización de los recursos

Como todos sabemos, la incorporación de tecnología para la mejora de la eficiencia tiene impacto organizacional. Esto también lo están viendo los líderes de la función legal a través de la incorporación de tecnologías de mejora de la eficiencia de los despachos, como es la Inteligencia Artificial. Ello ha llevado a ciertos socios a replantear el papel de los abogados más junior con la incorporación de estas tecnologías. Existen voces de todo tipo que están replanteando el papel que la figura de los abogados menos experimentados. En este sentido, como todo, no tenemos una “bola de cristal” para saber con verdadera certeza lo que va a suceder. Lo que sí que está claro es que el relevo generacional y carrera profesional es algo verdaderamente relevante para los despachos.

Existen trabajos de investigación que apuntan el gran impacto que tiene la “carrera profesional” en el desarrollo de la innovación de una organización. Estructuras de up-our-out exclusivamente tienen verdaderas dificultades para incorporar la innovación en el día a día, pues los profesionales están plenamente enfocados en las dinámicas de la excelencia del contenido legal que ofrecen y el tiempo para la mejora del modelo de negocio o servicio es reducido o nulo, enterrando, de esta forma, la posible mejora de procesos que permitirían a los profesionales más juniors dedicarse a cuestiones menos repetitivas, en un círculo vicioso poco alentador.

Sin embargo, existen despachos que, respondiendo a esta necesitad de innovación, han incorporado otras carreras profesionales alternativas para los profesionales del Derecho o, también, nuevos profesionales adscritos a negocio cuya función está enfocada, precisamente, “en lo que no es el servicio técnico-legal” propiamente dicho (legal operations), liberando a los abogados de esta carga necesaria, generando flexibilidad de carrera para los no-juristas (que antes solo estaban relegados a departamento de soporte) y generando sinergias entre disciplinas del conocimiento (Tecnología, Comunicación, Gestión del Negocio…).

En este sentido, las nuevas generaciones de abogados, en un entorno VUCA, ya no pueden darse el lujo de no ser innovadores o no pensar en mejorar la forma en la que ofrecen los servicios, porque, de una manera u otra, se podrían quedar fuera del mercado. Esto supone que los juniors del mañana ya no solo tendrán que aportar las habilidades técnicas, sino también ganar en habilidades más relevantes en un entorno tecnológico cambiante, tales como la empatía o creatividad, y lo más crítico está en que son ellos, los juniors, los que pueden tener ese papel de “mentorizar” de forma inversa a los abogados más experimentados que no tuvieron esa suerte desarrollo de estas competencias en su etapa formativa. Habilidades y destrezas que los junior podrán hacer crecer, pues las tecnologías les habrán permitido dejar de lado las tareas más repetitivas y abordar retos de carrera más ambiciosos y conectados con saber y conocer más a su cliente.

 

Las nuevas formas de trabajo

Una cuestión importante para resaltar es que debemos saber que la IA no solo va a hacer nuestro trabajo más eficiente, sino que nos va a exigir cambiar nuestra forma de trabajo.

El desarrollo de competencias para sacar el máximo partido a los nuevos modelos de IA supone, en gran medida, cambiar nuestra aproximación a nuestros procesos de trabajo. Si me lo permiten, disponer de una aproximación “más ingenua” o creativa y basada en el modelo de ensayo-error. Desde nuestra profesión, estamos acostumbrados a entender las cuestiones que hacemos en lógica normativa o legal, “si A entonces B” o kelseniana. No obstante, en el mundo de los negocios, en este caso, con un gran componente tecnológico como será con la incorporación de IA generativa (que lo hace tremendamente competitivo y cambiante), el cerebro y lógica más útil es la del ensayo-error. Ello su pone, para nosotros, cambiar las cosas tal cual las hacemos y acostumbrarnos a que “el Cambio” sea el día a día de la profesión, no solo en el plano normativo, sino también en el plano de los negocios y de la tecnología que usamos. Requiriendo, de esta forma, un gran esfuerzo por replantear o rediseñar constantemente nuestro trabajo y procesos para adaptarnos a las necesidades del cliente y los estándares del mercado.

Estamos en un momento crítico, y también emocionante, gracias a la IA generativa (con mucho hype en este momento), que ha cambiado enormemente la forma de aproximación a la innovación desde los decisores estratégicos de la función legal (socios de despachos o responsables de las asesorías jurídicas), nos plantea grandes objetivos organizativos y de carrera profesional y nos reta a ser mejores cada día con nuestros clientes, no solo a nivel técnico-legal sino también en el negocio.